Bajo el filo del último fin de semana de Agosto (frontera psicológica antes de volver a la rutina que conlleva Septiembre); y tras leer un articulo que encontré en el blog Moteando, he aprovechado para trasladar mi campamento base a un pueblo llamado Gargantilla del Lozoya (en pleno valle del río que le da nombre) y que se encuadra en la denominada Sierra Pobre de Madrid.
Gargantilla del Lozoya – Tiermes
La ruta de la cual trata este post, es un ruta circular que recorrerá lo que se denomina Pueblos Rojos (Segovia), hasta alcanzar Montejo de Tiermes (Soria) y los denominados Pueblos Negros (Guadalajara) en el camino de regreso.
Aunque a Google Maps le encanta darnos un par de vueltas más en los recorridos cuando lo usamos para planificar nuestros viajes en moto, podéis ver en el mapa algunos de los puntos más destacados de la ruta :
- Buitrago del Lozoya
- Prádena del Rincón
- La Hiruela
- Riaza
- Montejo de Tiermes
- Galve de Sorbe
- Valverde de los Arroyos
- Campillo de Ranas
Al contrario del recorrido del cual tomé la idea de hacer esta ruta, y que relata Luis en Moteando, el mio no ha sido un recorrido off-road sino que ha transcurrido por carreteras secundarias, lo cual hace que este viaje en moto apto sea cual sea tu montura.
Tómate un respiro y disfruta del entorno natural que recorres.
Ha sido una ruta típica de mototurismo, en la cual poder tomarte un respiro y desconectar de la rutina, y con la cuál disfrutar del entorno natural que recorres, de sus paisajes quebrados y del olor de la jara en verano.
Molinos o gigantes
La ruta de hoy me ha deparado un par de gratas sorpresas.
Una de ellas apareció poco después de atravesar el pueblo de Cantalojas (está ens una carretera tranquila, casi olvidada y con un perfil ligeramente sinuoso); una vez que atraviesas esa población y tras una suave subida, aparece frente a ti uno de esos campos eólicos que son frecuentes de ver, a lo largo de la península.
La diferencia de este con respecto a otros por lo que he pasado en otras ocasiones, es que se encuentra prácticamente a pie de carretera, por lo es posible adentrarse en él tomando una pequeña pista. Una vez que estas en este campo de molinos, es imposible no acordarse de aquellas palabras de Don Quijote, creyendo que se trataban de gigantes. El bufido de las hélices al girar y la vista desde la base, hacen que haya merecido la pena hacer esta breve parada.
La Muralla China de Guadalajara
Otra de las sorpresas para los que no conocíamos esta zona, aparece en el camino de regreso una tras dejar Campillo de Ranas. Es uno de los parajes más curiosos que podrías pensar que existen a tan solo una hora de Madrid. Se trata de la denominada “Muralla China”.
Es un tramo de carretera secundaria o incluso podría denominarse comarcal, que transcurre de forma serpenteante cerca del cañón del río Jaramilla. La pista es de cemento estriado, para hacerla transitable en la época invernal y estaba salpicada de bastantes lajas de pizarra; por lo que atravesar este tramo lo convierte en una pequeña y divertida aventura.
En resumen ha sido un gran día de moto, lleno de espectaculares paisajes, carreteras tranquilas, pueblos con encanto y todo aquello que hace que un viaje en moto, sea una experiencia tan singular.
Te dejo aquí una galería de imágenes con algunas de las fotos que he tomado hoy.