viernes, septiembre 29 2023

Como ya se ha dicho en tantas ocasiones, enfrentarse a un viaje en moto es una forma muy diferente de viajar.
Todo es distinto, sentir en tu propia piel las condiciones climatologicas del momento, o por la posibilidad de interactuar con cualquier persona sin que exista una barrera física que delimite nuestra “zona de seguridad” (tal y como sucede cuando viajamos en coche), o por la necesidad de optimizar que va a ir dentro del equipaje, o tal vez si me apuran, por ese sentimiento de pequeña aventura que hay en cada viaje de este tipo.

Ten por seguro, que una vez que pruebas la experiencia de viajar en moto, te va a costar querer volver al confort de otro tipo de viajes.

Aprendiendo de los viajes en moto

En el último que he hecho, aprendí varias cosas con respecto a la organización del equipaje (una especie de triage para establecer la diferencia entre imprescindible, prescindible e innecesario) y las relacionadas con el diseño de las jornadas y las que tienen que ver  con la planificación del alojamiento.

En viajes en moto de varias semanas (no quiero pensar en los de más duración) me di cuenta de qué es más práctico ir planificando las etapas sobre la marcha, qué intentar llevar todo cerrado antes incluso de salir.  Reservar el alojamiento de varios días por adelantado, si bien nos da la tranquilidad de creer saber dónde descansaremos esas próximas noches, no siempre es posible y además también supone un riesgo frente a cualquier imprevisto que surge a lo largo del día o simplemente un cambio de planes.

Esto último es lo que me ha hecho decidirme a comprar un equipo de acampada para mis próximos viajes en moto.

Cómo ha cambiado esto del camping desde mis años de scout.

A la hora de seleccionar el equipo de acampada, mi primera sorpresa es que ya no están de moda las tiendas canadienses en las que tantos de nosotros pasamos algún que otro verano. Ahora, básicamente las agrupan por la actividad, es decir hay tiendas para senderismo, alpinismo o para un uso familiar.

El mercado está lleno de productos, más o menos técnicos, que pueden ajustarse a nuestras necesidades; si bien, lo que al final va a hacer que nos decantemos por uno u otro producto, va a ser por un lado el tema del peso  y el volumen que ocupa el material; y por otro el presupuesto que tengamos.

En mi caso, me he decidido por una tienda de campaña Robens X3, un saco de fibra Deuter y una colchoneta autohinchable
Thermarest EvoLite. Todo ello, ocupa un espacio relativamente pequeño (cabe de sobra en una de las maletas laterales) y pesa unos 6,5 kg en conjunto.

En lo que respecta a la tienda de campaña, los motivos principales para elegir esta han sido:

  • Peso y volumen de la tienda plegada (según el catalogo pesa unos 4,9 kg)
  • Montaje de fuera a dentro (primero se monta la capa exterior y una vez terminada, se monta el habitáculo interior). Imagino que si tienes que montarla en medio de un día de lluvia será más práctico.
  • Características técnicas de resistencia al agua y al viento (son noruegos así que espero que se note en lo que respecta a la tecnología para asilar de la lluvia).
  • Y como no, el precio.

A parte de la seguridad que pueda dar llevar la casa tienda a cuestas, creo que dormir de esta manera puede hacernos sentir los viajes en moto de una forma un poco más autentica.

Y vosotros ¿que opináis?

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Acerca de mi

Julio Álamo

Informático a tiempo parcial, community manager/social analyst en prácticas y ante todo, motero a jornada completa. Embarcado en este proyecto personal desde Mayo de 2015.

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