viernes, junio 9 2023

Cada vez que te dispones a comenzar un nuevo viaje hacia un destino que nunca has visitado, son muchas las ideas que se agolpan en tu cabeza antes de partir.

A pesar de lo que te hayas preocupado en indagar en distintos blogs, revistas o buscando consejo en la experiencias de otros viajeros; siempre partimos con ideas preconcebidas acerca de lo que nos vamos a encontrar.

Particularmente, es una vez que vuelvo a casa, cuando empiezo a echar por tierra muchas de esas ideas con las que parti. Este es el caso de mi último viaje: Marruecos.

Marruecos

Marruecos es un país para disfrutar con los sentidos, sobre todo con la vista y con el olfato. Es un país de paisajes impresionantes, de extensas llanuras que se pierden en el infinito y enormes montañas con las que deleitar tus pupilas. Si cerrara los ojos y tratara de recordar el color predominante, sería el naranja (y todas sus variedades: ocres, tostados…) casi, casi, ejerciendo un monopolio sobre todos los demás.

Es el color característico de sus tierras arcillosas, que mezcladas con arena y paja constituyen el adobe con el que construyen muchas de sus casas y edificios.

Pero Marruecos también es un país de olores. Marruecos huele a aceite y a fuego. Al aceite de las muchas cooperativas que a lo largo de todo el país explotan sus extensos campos de olivos y a la leña con la que calientan sus casas o cada mañana temprano comienzan a preparar el Tajin, plato tradicional árabe del Norte de Africa, consistente en un estofado de carne y verduras cocinadas en un recipiente cónico de barro del mismo nombre.

Viajar en moto por Marruecos te dá la oportunidad de disfrutar todos estos matices de una forma que sólo sobre una moto podrás hacer.

Sus gentes

La marroquí es una sociedad que vive en la calle; vayas por donde vayas encuentras calles llenas de gente: de niños, de mujeres y de hombres ataviados con sus chilabas o caftanes, sentados en los poyetes, en las esquinas, en las puertas de sus pequeñas casas, en los cafés.

Es difícil imaginar un rincón del país dónde no encontrarse una persona, de día o de noche, porque incluso del paraje más desértico surgen figuras por las cunetas de las carreteras y senderos, caminando muy bien no-se-sabe-hacia-dónde.

Podría aventurarme a decir que en este país nunca tienes la sensación de sentirte sólo.

Recorriendo el país de norte a sur descubres que el caracter de la población del sur de Marruecos, tiene poco que ver con el que puedas encontrar en las principales ciudades del norte.

En la mitad sur del país, por lo general, los habitantes son bastante hospitalarios; perderás rápidamente la cuenta de las veces que habrás escuchado un “bienvenidos” (en español), de boca de alguno de sus habitantes al descubrirte como forastero. En su defecto, una sonrisa o el alegre saludo con la mano mientras circulan con tu moto por sus carreteras, hacen que te sientas acogido.

Viajar en moto por Marruecos

Viajar en moto por Marruecos

Viajar en moto por Marruecos es relativamente seguro, aunque, si bien cabría esperar qué debieran existir unas normas de circulación y seguridad tanto para peatones, como para vehículos; solo hacen falta unos minutos circulando por cualquier lugar de Marruecos para descubrir qué no es así.

Existen los pasos de peatones, las rotondas, los carriles delimitados, pero casi nadie los respeta.

Es realmente impactante comprobar que aquello es “la ley de la selva”, es decir, pasas cuando puedes, cómo y por donde puedes y esquivando toda clase de obstáculos como si de un videojuego se tratara.

Por el contrario, existen estrictos límites de velocidad en las carreteras.

Es fácil encontrar patrullas de policía, apostados en los arcenes, con cierta sensación de desidia, pero velando para que se cumplan (radar en mano) los límites de velocidad.

 

Recomendaciones

A parte de las recomendaciones genéricas que ya dejé en mi post titulado 5 consejos para un viaje en moto, hay algunas otras específicas para viajar en moto por Marruecos que tal vez puedan resultarte útiles.
Viajar en moto por Marruecos

  1. Usa el GPS no sólo para orientarte, sino también para asegurarte de que no sobrepasas los limites de velocidad; especialmente en largas rectas dónde desde bastante lejos pueden registrar una infracción.
  2. Dentro de lo posible, no circules al caer el sol. Las carreteras son  usadas en casi todo el país cómo una calle cualquiera, así que te encontraras mucha gente sin que lleven iluminación alguna.
  3. Conducción defensiva, recuerda que estás de viaje y que lo que menos te interesa es tener conflictos.
  4. A la hora de volver en ferry, no compres los tickets en los puestos de venta que encontrarás fuera del recinto del puerto (aunque veas que llevan ropa de las compañías). Lleva tu moto hasta la propia zona de embarque y allí podrás adquirir los billetes sin problemas, ni exigiendo propina alguna.

 

Espero que después de leer este post, te animes algún día a conocer ese país que tenemos tan cerca del nuestro y que tanto tiene de diferente. Recuerda que viajar nos hace libres.

Por último recordarte que tienes disponible, gratis y lista para descargarte e imprimirla, mi checklist para viajar en moto.

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Acerca de mi

Julio Álamo

Informático a tiempo parcial, community manager/social analyst en prácticas y ante todo, motero a jornada completa. Embarcado en este proyecto personal desde Mayo de 2015.

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